Ser voluntario en el Ambiente de salud es una vocación de servicio, un llamado de Dios a trabajar a favor de la vida y de la salud, es presencia amorosa y liberadora de Jesús que levanta y sana.
1.- Persona rica en humanidad, capaz de escuchar, que comunica cariño y cercanía.
2.- Con una personalidad equilibrada y con madurez humana y psicológica que le permite orientar situaciones conflictivas y de crisis; para transformar realidades de sufrimiento, dolor y muerte en realidades de vida y esperanza.
3.- Persona abierta a la formación y capacitación permanente.
4.- Favorece el trabajo en equipo y la colaboración interdisciplinaria, abierto a otras ciencias; sabe trabajar en una pastoral de conjunto, facilitando la integración con otras áreas.
5.- Sabe acercarse con respeto al qué sufre, se solidariza, acompaña en la misericordia del amor.
6.- Cultiva la espiritualidad, a travez de la oración y la Palabra de Dios, pero es respetuoso de la libertad religiosa.
7.- Es una persona discreta, no impone su presencia, es consciente de no poder resolver todos los problemas, reconoce sus límites.
8.- Es educador en los procesos de cambio, descubriendo los talentos y la creatividad de los que sufren.
9.- Posee un buen conocimiento de la realidad y está capacitado para educar en la promoción de la salud y prevención de las enfermedades.
Aquí puedes inscribirte a este ambiente: