Por Cynthia Fabila / Desde la fe.
A decir de la especialista de Cenyeliztli A.C, una manera de sacarle jugo a este tiempo es, por ejemplo, cuando se hace la comida, ese tiempo se puede aprovechar platicar con los hijos de sus sentimientos, de cómo van sus nuevas rutinas, cómo se siente en sus clases en línea, cómo está la relación con sus amigos o amigas, o las cosas que los inquieten.
“Aunque el papá y la mamá están ocupados con la comida o los quehaceres, están integrando a su hijo a esa labor, es decir, entablan un vínculo con su hijo, lo cual los hace sentir activos dentro de la familia y atendido por sus padres”, detalla.
“Estos son los momentos de calidad y muy importantes en el plano cognitivo, pues a través de la convivencia los papás enseñan a sus hijos a expresar sus emociones. En los más pequeños, estos momentos son un espacio de confort y, en ambos casos, se refuerza su desarrollo a nivel afectivo. También los padres se benefician, pues se olvidan de sus problemas y reducen el estrés”, explica Pizano.
Asimismo, detalla la experta, en el plano social esta convivencia mejorará sus relaciones interpersonales y su autoestima. “El punto es buscar momentos donde se pueda compartir un abrazo, logro, o preocupación que les afecte en su estado de ánimo”, señala la especialista de Cenyeliztli AC.
¿Qué es el tiempo de calidad?
Sin embargo, la cantidad no es calidad, asegura Pizano. “Podríamos estar 12 horas con ellos, viendo el celular, la televisión, trabajando o haciendo cualquier otra cosa, menos darles atención. La calidad es atención, interés y amor”.
Explica que hay que tener en claro que la calidad se logra en el tipo de atención que se da a los hijos y no con las horas o minutos que se conviva con ellos. “La calidad no es equivalente al tiempo; la calidad depende de la convivencia y la atención activa. Cada persona es única y no puedes descubrir lo que ella necesita si no le dedicas tiempo”.
“Si se dispone de poco tiempo para estar con ellos, se puede ocupar la hora de la cena para platicar anécdotas, contar cuentos o simplemente para decir cuán importantes son y cuánto los aman”.
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