9 frases de santos católicos sobre inteligencia emocional

frases de santos sobre inteligencia emocional. Foto: Especial

En este tiempo es esencial tener la capacidad de reconocer, comprender y expresar con madurez las emociones para gozar de buena salud mental y un ambiente familiar y social en armonía.

Te compartimos algunas reflexiones sobre inteligencia emocional.

 

“Entre todas las emociones, sentimientos y afectos del alma, el amor es lo único con que la criatura puede corresponder a su Creador”.

San Bernardo de Claraval

“Poner todos los medios como si todo dependiese de uno, pero confiando totalmente en Dios, porque todo depende de Él”.

San Ignacio de Loyola

 

“La vida es breve… se vive una sola vez. Es necesario ser santos, no a medias, sino totalmente, para gloria de la Inmaculada y la mayor gloria de Dios”

San Maximiliano de Kolbe

 

“Ningún bien humano, por necesario que sea, puede colmar el vacío que deja la falta de Dios”.

San Juan Pablo II

 

“Amemos, honremos, adoremos, sirvamos, alabemos y bendigamos, glorifiquemos y ensalcemos sobremanera, magnifiquemos y demos gracias al altísimo y sumo Dios eterno”.

San Francisco de Asís

 

“La templanza es el dominio firme y moderado de la razón sobre las pasiones, y sobre los otros movimientos desordenados del alma”.

San Agustín

 

“Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea”

Santa Teresa de Calculta

 

“No basta cargar, es necesario amar la cruz que Jesús nos pone sobre las espaldas”

San Juan Bosco

 

“Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse”

Santo Tomás Moro

 

Mensaje del Papa Francisco

Mensaje para la jornada mundial de las misiones 2020 en el contexto de los sufrimientos causados por el covid-19.

«En este año, marcado por los sufrimientos y desafíos causados por la pandemia del covid-19, [el] camino misionero de toda la Iglesia continúa a la luz de la palabra que encontramos en el relato de la vocación del profeta Isaías: «Aquí estoy, mándame» (Is 6,8). Es la respuesta siempre nueva a la pregunta del Señor: ¿A quién enviaré?» (ibíd.).

Esta llamada viene del corazón de Dios, de su misericordia que interpela tanto a la Iglesia como a la humanidad en la actual crisis mundial.

Papa Francisco.

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