En esta primera sesión nos damos cuenta de que creer en verdad que ¡Dios te ama! porque Él es un Dios cercano, que se preocupa de cosas tan terrenas como el alimento y el vestido, el es un verdadero Padre en quien puedes confiar, te cuida y te protege.

En esta segunda sesión, meditamos como nuestra decisión de dejar al margen de nuestra vida a Dios no solo trae terribles consecuencias en nuestra persona, sino que también el pedado lastima a Dios, le hiere en lo más profundo de su Ser. Su amor entregado sin reseras, misericordia y compasión sin límites anhlea una respuesta de amor de nuestra parte.

En esta tercera sesión reflexionamos como todos esperamos tiempos mejores. Hay en nuestro interir el anhelo, un deseo natural de un futuro que esperamos sea mejor. Y aunque la mayoría de las veces se trata de cosas materiales, cuanto las logramos, surge el deseo de otras. A nivel espiritual, este deseo refleja otro más profundo: EL DESO DE DIOS QUE SÓLO ÉL PUEDE COLMAR.

En esta cuarta sesión, hablamos de aceptar a Jesús como Señor de nuestra vida y estar dispuestos a dejarnos sumergir en el océano infinito de su misterio de perdón y misericordia, de acogida y entrega de la vida: BAUTIZARSE. Lo que significa renovar permanentemente la libre y total adhesión a la persona de Jesús y a su historia, a su mensaje, a la vida nueva que él es y comunica. Es estar dispuestos a vivir como él vivió, pasando por esta vida haciendo el bien a los demás y experimentando la plenitud y alegría de una vida con sentido de trascendencia, de infinidad y gozo permanente.

Para esta quinta y última sesión nos unimos para formar una comunidad donde nos sintamos ayudados para nuestro crecimiento enla fe y en el amor a Dios y a los demás, donde nos animemos a vivir como hermanos aportando nuestros talentos y compartiendo los esfuerzos y anhelos de cada día.